Frenos en forma

Cualquier medio de transporte es propenso a que se le presenten contratiempos en la vía, como accidentes de tráfico o que alguna avería lo deje accidentado en el camino. Las situaciones pueden ser diferentes, entre las posibles fallas, no obstante, a muchas de ellas se les puede encontrar soluciones sencillas si se tratan a tiempo y con seriedad.

Todo conductor debe ser cauteloso en las carreteras, sin embargo, los vehículos pesados, como las grúas y camiones, deben serlo aún más. Estos suelen ser de grandes proporciones y abarcan mucho más espacio en la vía, y uno de los factores que genera mayores riesgos es el sistema de frenado. Los camiones se tardan más que un coche para poder frenar,  puesto que si fallan no podrá detenerse completamente, esto podría deberse a ajustes mal hechos o la falta de mantenimiento.

Pero no todo es por culpa de la falta de mantenimiento, también el distraerse en el camino, no descansar lo suficiente y aun así salir a conducir, no distribuir correctamente el peso de la carga, etc., no solo entorpecen el frenado sino que generan fácilmente accidentes, mientras tratan de girar o detenerse.

El frenado y sus fallas

La manera más sencilla pero eficaz  de evitar inconvenientes mecánicos es ciertamente el mantenimiento preventivo. La falla más común suele darse por falta de líquido de frenos, aceite contaminado, balatas mal colocadas, etc., cada falla se puede acumular y notarse en la pérdida del poder de frenado, es decir que se tarda de más para poder detenerse.

Utilizar pastillas de mala calidad o discos muy finos dificultan el frenado, de igual manera, si se usa excesivamente al aumentar la temperatura pierde su eficacia.  La solución más fácil para este tipo de problemas es consultar el manual de usuario por sus especificaciones y dejar que los frenos se enfríen, además de purgarlos regularmente y rellenarlo nuevamente con líquido nuevo. Esta serie de pormenores, a pesar de que aparentemente no tienen que ver con el motor, la realidad es que si les afecta, porque los hace sobre esforzarse para mitigar el mal funcionamiento.

Los tiempos de cambio varían según el modelo del vehículo, así que, por norma general, se deben cambiar las pastillas a los 30.000 kilómetros según sea el estilo de conducción del usuario, también tiene que revisar las pastillas delanteras, sobre todo porque presentan desgaste mucho más rápido. Para reparar todas estas averías lo ideal son los desguaces, por tener mejor variedad y disponibilidad, en comparación con otras tiendas comerciales.

Si el daño se ha extendido en toda la máquina los motores de segunda mano diesel son una solución perfecta. Conseguir uno completo es un verdadero reto. Por suerte, en línea es sencillo, ya que estas empresas suelen contar con un gran surtido, necesitando solo de rellenar un formulario con las especificaciones de lo solicitado y esperar a que le llamen para concretar el pago y el modo de envío.

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